viernes, 19 de noviembre de 2010

Blanco y en botella

Siempre me han dado envidia las series americanas (hace ya años, creo) que tienen la leche en botella. Si, de esas que pasa el lechero por casa y deja la rejilla con seis botellas llenas y se lleva la vacía.
Ahora, me han dejado de dar envidia.
La leche debe sufrir procesos para eliminar microorganismos, especialmente los patógenos, porque, como dice mi profesora (decana de la facultad), "para los microorganismos, la leche es la leche".
Su composición es básicamente esta:
87% agua, 4% grasa (casi siempre menos), 3.6% proteínas, 5% hidratos de carbono (en su mayoría lactosa) y cerca de un 0.7% de cenizas, es decir, minerales como calcio, fósforo, potasio, magnesio... Pero también aporta vitaminas B1, B2, B12, C, A, E...
La leche que contienen las botellas ha sido esterilizada, es decir, ha estado 15 minutos a 115ºC, y luego ha sido homogeneizada y envasada.
La leche de tetra brik (para mi de toda la vida) ha sufrido el proceso UHT (Ultra High Temperatura), es decir de 2 a 16 segundos a unos 140 o 150ºC.
Ambas pueden conservarse durante meses, si no se abren. La principal diferencia es que en la esterilización se pierden gran cantidad de vitaminas y valor nutritivo de las proteínas y demás componentes, mientras que en el proceso UHT, al ser mucho más rápido, el valor nutritivo se conserva perfectamente.
Quizás os venga a la cabeza la pasteurización con este tema (a mi por lo menos), que suena mucho, pero este proceso se aplica a las leches de bolsa. Consiste en mantenerlas unos 15 segundos a 71-72ºC, pero sólo permite almacenar la leche durante 3 días y con refrigeración.




Así que, aunque ahora también me vienen a la mente series en las que toman leche de tetra brik (sobre todo de los pequeñitos), ya sabéis, los americanos de entonces tomaban menos vitaminas que nosotros.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Solubilízate

Este finde toca estudiar tecnología farmacéutica, galénica para los amigos. La verdad que es una asignatura básica y útil para la profesión, pero a la vez tiene partes que no aguanto. A veces se hace muy pesada, pero a ratos encuentras alguna que otra cosilla que te llama la atención. 
Por ejemplo, los problemas para disolver un fármaco para poder administrarlo y las soluciones que se han encontrado. 
Normalmente los medicamentos en forma líquida son de base acuosa, pero no todos los principios activos son hidrosolubles, y no todos por igual. Para aumentar si hidrofilia hay distintos procedimientos. 
Se puede modificar el fármaco, cambiar la estructura química, pero es casi a lo último a lo que se recurre, porque probablemente la acción esté probada sobre la molécula con la que empiezas y los cambios en su estructura te harían prácticamente volver a empezar.

Se pueden cambiar las propiedades físicas, usar polimorfos más estables, modificar el tamaño de partícula, hacer dispersiones sólidas con ácidos orgánicos, ácidos biliares, esteroles, azúcares, polialcoholes, urea o también podemos usar cosolventes hidrofóbicos que forman mezclas binarias o ternarias con agua, o cosolventes lipófilos.
A veces se usan también agentes tensioactivos, para la formación de micelas que mejorará la solubilidad en medio acuoso.
Micela: interior hidrofóbico, exterior hidrofílico

Una de las opciones más usadas es formar complejos.
Los complejos se forman al unirse el fármaco con un ligando por uniones débiles.
Los más usados son las ciclodextrinas o complejos de intrusión. Son oligosacáridos cíclicos no reductores formados por polímeros de alfa-D-glucopiranosa (léase, azúcares unidos) con estructura troncocónica, con el interior hidrofóbico y el exterior hidrofílico. Se nombran según el número de glucosas, alfa (6), beta (7), gamma (8) y aumentan la solubilidad y la velocidad de disolución.
Controlando el pH mediante soluciones tampón, de entre 3 y 6, conseguimos también solubilizar el fármaco.
Complejo de un fármaco con dos ciclodextrinas